No cabe duda que emprender con una franquicia facilita mucho las cosas. Por ejemplo, si estás en el sector de la moda –quieres abrir un negocio o quieres dinamizarlo– uno de los mejores franquiciados es Top Boutique. Con un modelo de negocio orientado a la moda low cost, ya cuenta con franquicias bien asentadas en ciudades tan competitivas como Madrid y Barcelona. Te recomendamos visitar su web para informarte mejor sobre condiciones y procedimientos a realizar.
Precisamente entre esas condiciones hay un elemento muy importante que tienes que tener en cuenta: el royalty o regalía que aplica cualquier franquicia a su franquiciado y en el que nos centramos a continuación.
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No confundir el canon con el royalty
Primero de todo, diferenciar entre dos conceptos que pueden llevar a confusión: canon y royalty.
Bien, el canon es un pago único que se paga una vez se firma el contrato de colaboración y sirve para que empresas como Top Boutique asuman los gastos iniciales que supone adaptar el negocio a la marca de la franquicia, adaptación del local, provisión de productos y otros recursos para empezar a funcionar.
Este importe varía en función de los servicios iniciales a prestar y del caché de la franquicia. También es posible que algunas, a modo de oferta, no cobren el canon inicial y repercutan ese ingreso en las royalties, de las que hablamos a continuación.
Qué son las royalties de una franquicia
Pasemos ya a explicar que es un royalty, una tasa o cobro que sí incluyen casi todas las franquicias.
Al igual que el canon, los royalties son pagos que el franquiciado paga a la franquicia por una serie de servicios. Estos pueden variar dependiendo del sector, volumen de facturación y otras variables. En lo que sí suelen coincidir en todas las contrataciones franquicia-franquiciado es el pago por los siguientes servicios:
- Creación y mantenimiento de canales digitales para difundir mejor el negocio. Puede ocurrir que el franquiciado no cuente con los suyos propios sino espacios en los de la franquicia.
- Gastos de consultoría sobre cómo mejorar el franquiciado o formación de los propios trabajadores.
- Pago por derechos de imagen de la franquicia.
- Costes por el uso y soporte de aplicaciones informáticas.
- Pago por las campañas de marketing, si el franquiciado no las realiza por su cuenta.
Como se puede ver, los royalties son esencialmente unos pagos que permiten contar con una consultoría integral por parte de la franquicia para mejorar las ventas, además de mantener la reputación de la imagen de marca.
Tipos de royalties
Ya hemos dicho antes que cada franquicia impone los suyos en función de una serie elementos. También hay que añadir que existen varias formas de aplicar esos royalties. Las más comunes son:
- Un pago fijo mensual, trimestral o anual por ser franquiciado de una marca.
- Un pago variable (también mensual, trimestral o anual) por el volumen de ventas.
- También existen royalties que varían en función de las compras a la propia franquicia.
- Royalties mixtos de fijo y variable.
En cuanto al porcentaje variable de los royalties suelen estar entre el 1% y el 10% del volumen ventas.
Cómo se fiscalizan los royalties
Aunque el pago de los royalties incluye servicios como la formación, la regalía es un activo dentro de la categoría de patentes. Es decir: una franquicia tiene una marca propia y cede su uso al franquiciado. Por lo tanto, a efectos contable y fiscal la empresa puede deducir el pago de los royalties como alquiler de una propiedad industrial, en este caso la marca y modelo de negocio de la franquicia.