Una demolición de edificios es una de las operaciones en el sector de la construcción que mayor cantidad recursos requiere y variedad de residuos genera. De estos últimos, se cuentan por miles de toneladas y su gestión no es sencilla, necesitándose una planificación desde antes de realizar incluso la demolición o derribo de inmuebles.
El trabajo de demolición

Para poder realizar una demolición es necesaria mucha maquinaria, y entre los vehículos y máquinas más utilizados hay que destacar:
- Excavadoras, desde pequeñas para hacer agujeros donde colocar explosivos para demoliciones controladas, a grandes para, literalmente, tirar paredes, techos, o vallas.
- Robots de demolición, para programar derribos sin intervención de operadores de máquinas.
- Grúas con bolas de derribo o demolición para derribar grandes edificios con paredes resistentes.
Con estas herramientas y maquinaria se pueden realizar las siguientes demoliciones:
- Mecánicas. Son todas aquellas donde se utiliza la maquinaria mencionada y requieren de intervención humana además de una planificación exhaustiva para no producir desprendimientos indeseados.
- Voladuras controladas. Suelen ser comunes para grandes edificios donde, solo con maquinaria, el trabajo se extendería demasiado tiempo. La precisión en la colocación de la dinamita en combinación con la propia ley de la gravedad es capaz de echar abajo edificios de miles de metros cuadrados de área o cientos de altura, y de forma segura.
- Programadas con robots. Son las más sofisticadas, sobre todo porque es necesaria una maquinaria avanzada que permita programarse una demolición similar a la manual pero sin la intervención de operadores dentro de las máquinas.
- Manuales. Son las más comunes, especialmente para derribos y demoliciones pequeñas con maquinaria no tan pesada.
- De cemento armado. Pueden ser de mecánicas o programadas pero requieren de maquinaria fuerte debido a la resistencia de esta aleación.
- De forjados e interiores. Requieren de mucha precisión y de maquinaria con altas grúas. En muchos casos se suele demoler el interior de edificios respetando las partes exteriores.
- De estructura metálicas. Para este tipo de demoliciones se suelen utilizar grúas con capacidad de corte. Es decir, con capacidad para poder cortar las estructuras y convertirlas al mismo tiempo en chatarra para transportar.
La gestión de los residuos

Una vez se han producido las demoliciones, se procede a la gestión de residuos, la cual puede ser muy compleja si los materiales son variados: cristales, metales, cementos, ladrillos, plásticos… Por ello, el proceso de gestión de residuos se divide en 4 fases:
- Pre-recogida. Fase en la que se planifica la separación de cada material, cómo separarlos y qué vehículos y maquinaria se va a utilizar para ello.
- Recogida. Tras la planificación anterior comienza la parte más dura del trabajo: recoger todos los residuos y colocarlos en los camiones correspondientes.
- Transporte. Parte en la que se trasladan a los puntos de reciclaje concretos.
- Tratamiento. Esta es la parte del proceso que realizan las empresas de reciclaje y no las de demolición y derribo.
Un último servicio muy importante y que se realiza antes y después de una demolición es el acondicionamiento y limpieza. En el caso de la predemolición, para permitir que máquinas y camiones puedan acceder a los lugares y trabajo, y en la postdemolición para dejar la zona de trabajo libre de cualquier residuo.