Trucos y consejos para hacer un entrenamiento funcional

El entrenamiento funcional se ha convertido en una opción popular para aquellos que desean mejorar su condición física y rendimiento atlético de manera más específica y efectiva. A diferencia de los métodos tradicionales de entrenamiento, que se centran en desarrollar músculos aislados, el entrenamiento funcional se basa en movimientos multiarticulares y funcionales que imitan las demandas de las actividades cotidianas y deportivas.

Si estás interesado/a en comenzar un entrenamiento funcional o si ya estás involucrado en él, aquí te presentamos algunos trucos y consejos que te ayudarán a maximizar tus resultados y obtener el máximo beneficio de tu rutina de ejercicios. Y si quieres profundizar más o contar con la guía de profesionales, te recomendamos este Centro de entrenamiento funcional en Madrid donde, tal vez, descubras la disciplina deportiva que mejor se adapta a sus necesidades.

Vamos ya con los consejos.

Varía tus ejercicios

Una de las claves del entrenamiento funcional es la variedad. En lugar de quedarte siempre con los mismos ejercicios, es importante incorporar una amplia gama de movimientos y patrones de movimiento en tu rutina. Esto te permitirá trabajar diferentes grupos musculares, mejorar la estabilidad y la coordinación, y evitar el estancamiento en tu progreso.

Algunos ejemplos de ejercicios funcionales incluyen sentadillas, estocadas, planchas, flexiones, levantamiento de peso muerto, saltos, lanzamientos de balón medicinal y entrenamiento en suspensión. Estos movimientos imitan acciones comunes en la vida diaria y en muchos deportes, lo que los convierte en excelentes opciones para fortalecer y estabilizar el cuerpo de manera funcional.

Incorpora entrenamiento de equilibrio y estabilidad

El equilibrio y la estabilidad son fundamentales en el entrenamiento funcional. Estos aspectos ayudan a mejorar la postura, prevenir lesiones y permitir movimientos más eficientes en todas las actividades. Incluir ejercicios que desafíen tu equilibrio, como el uso de una plataforma inestable o una bola de estabilidad, te ayudará a fortalecer los músculos estabilizadores y a mejorar la coordinación.

Por ejemplo, realizar sentadillas sobre una plataforma de equilibrio o hacer planchas con los pies apoyados en una bola de estabilidad son excelentes ejercicios para desarrollar la estabilidad y el equilibrio en todo el cuerpo.

Entrena en múltiples planos de movimiento

En la vida cotidiana y en muchos deportes, los movimientos no se limitan a un solo plano. Es importante entrenar en diferentes direcciones y planos de movimiento para preparar tu cuerpo de manera más completa. Esto implica movimientos hacia adelante y hacia atrás, de lado a lado, rotaciones y movimientos diagonales.

Puedes agregar variaciones a tus ejercicios funcionales existentes para incluir diferentes planos de movimiento. Por ejemplo, en lugar de hacer solo sentadillas estándar, puedes realizar sentadillas laterales o sentadillas con rotación para trabajar diferentes grupos musculares y movimientos.

Trabaja la movilidad y flexibilidad

La movilidad y la flexibilidad son aspectos fundamentales para un entrenamiento funcional efectivo. Un rango de movimiento adecuado te permitirá realizar movimientos con mayor eficiencia y reducir el riesgo de lesiones. Dedica tiempo a trabajar la movilidad de tus articulaciones y a mejorar la flexibilidad de tus músculos.

Realizar ejercicios de estiramiento dinámico antes de tu entrenamiento y ejercicios de estiramiento estático al finalizar pueden ayudarte a mejorar la movilidad y la flexibilidad. Además, puedes incluir ejercicios específicos de movilidad, como movimientos articulares y estiramientos dirigidos a las áreas que más necesites trabajar.

Escucha a tu cuerpo

El entrenamiento funcional puede ser intenso y desafiante, por lo que es importante escuchar a tu cuerpo y respetar tus límites. Si sientes dolor o molestias durante un ejercicio, detente y evalúa si estás realizando el movimiento correctamente o si necesitas modificarlo. No ignores las señales de advertencia de tu cuerpo y ajusta tu rutina según sea necesario.

Recuerda que la progresión gradual es clave. A medida que ganas fuerza y mejora tu condición física, puedes aumentar la intensidad y la dificultad de tus ejercicios. Sin embargo, evita apresurarte y avanzar demasiado rápido, ya que esto puede aumentar el riesgo de lesiones.

Siempre consulta a profesionales

De los consejos anteriores puedes inferir que hay situaciones en las que es importante contar con asesoramiento. Por eso, volvemos a recomendarte este Centro de entrenamiento funcional en el que podrás aplicar estos consejos y trucos para mejorar tu forma física de la mano de auténticos profesionales.

Deja un comentario