El sector de la estética es un sector creciente desde hace algunos años, pero en concreto en los últimos meses, ha sufrido un crecimiento brutal debido a varios factores. Al haber estado mucho tiempo en casa, hay miles de personas que han tenido más tiempo para estar delante del espejo y de las pantallas de la televisión, el ordenador y el móvil. Esto ha supuesto un aumento considerable del tiempo que pasamos viendo nuestros reflejos, y pensando en si nos vemos como queremos, y es por eso que la demanda de los servicios de los centros de estética ha aumentado tanto.
Cómo no, también hay personas que han visto aquí una oportunidad rentable de negocio, y han decidido aventurarse a montar su propio centro de estética. Hoy, por tanto, vamos a analizar algunos de los puntos más importantes a tener en cuenta para los que quieren montar el suyo.
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La ubicación y el personal
Estos dos son factores muy importantes, vamos a verlos por separado.
Con respecto a la ubicación, es interesante que cumpla con dos requisitos:
- Accesibilidad. El local que escojamos para este tipo de negocio, debe ser fácilmente accesible para que los clientes puedan encontrarlo con rapidez. Un sitio idóneo para ubicarlos, es en las zonas más comerciales de las ciudades, donde todo el mundo va mirando los letreros y los comercios.
- Paso frecuente. Este requisito es interesante porque de hecho, nos hace un favor, y es el ahorro en publicidad. Cuando ubicamos nuestro local, por ejemplo, en pleno centro de una ciudad, no tenemos que hacer un gasto tan grande en publicidad porque ya está a la vista de muchísimas personas. Además, al estar tan a la vista, es más fácil que un cliente entre al estar viéndolo cada vez que pasa por ahí.
Con respecto al personal, lo ideal sería:
- Cercanía. Un personal cercano y amable, sin duda, hace que los clientes se encuentren cómodos y que no simplemente se vayan con los servicios exclusivos por los que han pagado, sino que se van con una buena imagen de empresa y un rato agradable.
- Adecuación. Elegir al personal en función al tipo de público que nos visita, es una cuestión crucial, si nuestro público objetivo es un adulto con una edad de los 45 a los 65 años, el personal debe saber cómo tratar con él y cubrir sus necesidades específicas.
Precios y tratamientos
Los precios y los tratamientos dependen de una variable decisiva incluso para la estrategia del negocio, y es la decisión de los clientes objetivo. Cuando decidimos a quién nos queremos dirigir, y estudiamos cuál es su demanda específica, así como sus preferencias más comunes, es cuando tenemos que dar el paso a comprar la aparatología estética adecuada. Los aparatos con los que cuente nuestro centro de estética, serán los que determinen en gran medida tanto los tipos de tratamiento que pueden ofrecerse, como los precios a los que se cobran. Es de utilidad, hacer una inversión extra con tal de apostar por la calidad e higiene de los aparatos estéticos, ya que inciden directamente tanto en los resultados que se obtienen como en los precios que se pueden establecer.
Marketing: Cómo llegar al cliente
La estrategia que sigamos es importantísima para el crecimiento de nuestro negocio. Para este tipo de empresas, la captación de clientes es tan importante como el mantenimiento de los mismos, ya que por el formato de sus servicios, no se trata de negocios a los que los clientes vayan una sola vez, sino que suelen solicitar estos servicios de manera periódica y bastante frecuente en muchos casos. Es por eso que una de las formas más comunes para atraer clientes son las ofertas y los bonos.
Dentro de las ofertas, podemos aplicar descuentos, o combinaciones de servicios con los que contemos, como por ejemplo: ofertas que unen manicura y pedicura y abaratan el precio que sumarían por separado. Y dentro de los bonos, se pueden ofrecer tarifas de precios que incluyen varias sesiones y que hacen que cada una, salga más barata.
Escojamos lo que escojamos, lo que tenemos que tener en cuenta es que tenemos que hacer que el cliente se sienta atraído tanto a la hora de asistir por primera vez, como cuando llegue la hora de tener que volver.