Nunca antes de la llegada de la crisis económica, desde finales de los años 70, ha habido una cantidad mayor de españoles en el extranjero en busca de trabajo. Las cifras oficiales del Censo Electoral de Españoles Residentes en el Extranjero (Cera) del INE hablan de que más de 350.000 personas han dejado España por motivos laborales entre 2008 y el primer semestre de 2015, eso sin contar con las personas emigradas que no se han registrado en consulados y embajadas y no constan en la estadística. Además, por lo que vemos en el siguiente gráfico, este proceso migratorio no parece descender. Todo lo contrario.

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Historias de éxito de españoles en el extranjero
Entre las cientos de miles de historias de trabajadores españoles que han emigrado al extranjero, existen numerosos casos de éxito. Personas que han mejorado su situación laboral y perspectivas de cara al futuro. Estas experiencias no son mitos urbanos sino casos reales de unos cuantos aventureros que se plantearon triunfar fuera de España y lo consiguieron.
De los sectores donde los españoles han tenido más éxito destacan las artes y las ciencias. Aunque el hecho de que las mentes más brillantes se marchen fuera de España no es algo de lo que podamos presumir, al menos podemos contentarnos de la buena marcha de muchos. Sin ir más lejos, una de los mejores egiptólogos del mundo, la arqueóloga sevillana Myriam Seco, dirige actualmente las excavaciones en el templo de Tutmosis III. También, en el campo de la astronomía, Fernando Comerón participa en los trabajos que se desarrollan en el Observatorio Europeo Austral.
En el plano de los recién graduados, licenciados y doctorados, los profesores de español son los que más salida laboral están teniendo. Recordemos que en Estados Unidos ya hay 50 millones hispano hablantes; países como Filipinas (con una población de cien millones) han incluido la asignatura de castellano a partir de educación secundaria y, de forma general, el mercado hispanoamericano ya supera los 500 millones de personas.
Países como Estados Unidos, Reino Unido o Alemania, grandes exportadores, reclaman profesores nativos para sus universidades y formar así a sus próximos hombres y mujeres de negocios para penetrar mejor en el mercado hispano hablante.
El contar con unos de los servicios públicos de sanidad de mayor calidad del mundo también ha ayudado a que profesionales sanitarios españoles encuentren trabajo, especialmente en Reino Unido, Alemania y Francia, donde se requieren tanto auxiliares como doctores en distintas especialidades.
Por último, según Universia, el alto nivel de cualificación en desarrollo informático y aplicaciones móviles está permitiendo que muchos estudiantes o recién graduados españoles puedan acceder a puestos de trabajo en otras partes del mundo con contratos firmados desde España. De nuevo, Estados Unidos, Gran Bretaña y Alemania son los países que más trabajadores españoles requieren en este campo.
Fracasos y decepciones de españoles en el extranjero

Como vemos en el gráfico de Eures (25 de febrero de 2016), actualmente hay ofertados casi dos millones de trabajos en la zona Euro, de los cuales, la mitad provienen de los ocho países más industrializados (no con mayor PIB).
Desgraciadamente, pese a esta actividad en el mercado de trabajo, no todos los españoles en el extranjero han cosechado éxito. Muchos han tenido que volverse a España sin poder trabajar de forma continua y así poder afrontar los gastos. Y también muchos, aún habiendo conseguido un trabajo, han acabado desempeñado labores que no tienen nada que ver con su formación o experiencia y además mal remunerados y sin contrato (sí, en los países «serios» también hay economía sumergida).
Las razones para que ocurra esto son básicamente dos: la falta de formación en los trabajos más ofertados, lo que implica acabar en el sector de las mudanzas, de la hostelería o de la limpieza; y la edad. No es lo mismo marcharse a Reino Unido o Alemania con 24 años y recién graduado que hacerlo con 40. De hecho, todavía hay agencias de empleo que ponen a sus clientes el tope los 35 años por la dificultad que implica encontrar a un empleador para este sector de la población.
¿Qué nos deparará el futuro?
Ni el mejor clarividente podría arrojar luz sobre cómo evolucionará la emigración de españoles en el extranjero. Pese a esto, hay un espacio para el optimismo. Los jóvenes con formación y, sobre todo, su experiencia, a su vuelta al mercado laboral español, pueden suponer un salto cualitativo para dinamizar, modernizar y mejorar el actual sector empresarial español.