Es todo un fenómeno que provoca que muchos propietarios prefieran tener sus viviendas vacías. La morosidad en el alquiler, especialmente en tiempos de crisis, suele llegar a porcentajes tan grandes que hasta se producen cambios en las leyes.
En cualquier caso, y con independencia del tiempo y lugar, la prevención siempre es una de las mejores actitudes, no para reducir el impago de las rentas al 100%, pero sí en un alto porcentaje. En relación a este punto, dejamos tres grandes consejos que los profesionales del sector recomiendan seguir para evitar la morosidad en el alquiler.
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Conocer el background del inquilino
Es perfectamente legal. De hecho, existen empresas que ofrecen estos servicios. Los mismos constan de una serie de acciones para conocer la situación económica y legal del inquilino; por supuesto, siguiendo la normativa vigente. Un ejemplo es consultar en el registro de morosos para comprobar que no tenga deudas anteriores con otros tenedores.
Ese trabajo de investigación también incluye otros requerimientos al arrendatario como solicitar su hoja de vida laboral (no sólo contratos) para tener un histórico de su situación económica.
Cuanta más información se tenga del posible inquilino, mucho mejor.
Realiza los contratos con profesionales
Si eres particular, para evitar gastos, puedes caer en el error de realizar contratos incompletos que pueden llevarte a situaciones incómodas. Como existe una ley de arrendamientos urbanos, es importante seguir esa guía y para ello lo mejor es contactar con expertos (inmobiliarias o asesorías) que realicen esos contratos y establezcan los protocolos a seguir durante el proceso de alquiler de tu vivienda o local.
Cede la titularidad de los servicios al inquilino
Otra práctica muy común y que puede llevar a impagos es no ceder la titularidad de los suministros de la vivienda al inquilino. Incluso también se puede ceder esa misma titularidad para el seguro de la casa.
Cuando no se hace esto, especialmente con los recibos de la luz que a veces se estiman, si un inquilino deja la vivienda sin avisar, aunque pierda la fianza, puede dejar facturas de la luz muy altas y que te lleguen posteriormente a que el arrendatario haya dejado la vivienda.
En el caso del seguro de la casa puede ocurrir algo similar si se produce un accidente dentro de la vivienda o el inquilino deja grandes desperfectos en la misma. Si el seguro está a tu nombre, te tocaría pagar las reparaciones que no cubra.
Reduce el inventario a mínimos
Aunque a las personas particulares les puede suponer tener que realizar una gran mudanza, si tienes mobiliario y objetos de valor, es mejor no dejarlos en la vivienda. Por el contrario, se recomienda dejar lo indispensable para que el arrendatario pueda hacer vida normal. Esto es:
- Cocina equipada.
- Dormitorios con camas y muebles suficientes para guardar ropa.
- Baño con armarios.
- Y mesas, sillas y demás mobiliario.
Otra opción, cada vez más utilizada, es alquilar el piso vacío. Es decir, todos los suministros dados de alta y, generalmente, la cocina mínimamente equipada. Este tipo de alquiler tiene una legislación algo distinta al resto al no incluir mobiliario. Pero, sobre todo, te asegura un ahorro importante en cuanto a los gastos que te puede derivar que el inquilino realice muchos destrozos en la vivienda.
Es cierto que no hay seguridad 0 a este nivel, pero siendo cautos y previsores la morosidad en el alquiler se puede reducir enormemente.