Comprar una vivienda nunca deja de ser un riesgo ya que, aunque el vendedor nos asegure que todo está en regla, posteriormente pueden aparecer derramas, deudas con la comunidad o problemas estructurales que luego van a costar una importante cantidad de dinero subsanar. Para minimizar al máximo esos imprevistos existen una serie de recursos y acciones a tomar que repasamos a continuación.
Por supuesto, contar con el asesoramiento de profesionales es esencial.
Contenidos
Nota simple
Lo primero que los expertos recomiendan hacer es obtener nota simple en el Registro de Propiedad del municipio o provincia. Este documento es muy concreto pero cuenta con información muy relevante. A saber:
- Quién es el titular de la vivienda.
- Descripción del inmueble: metros cuadrados, límites, estructura y, muy importante, referencia catastral con la que luego poder realizar otras gestiones.
- Cargas y gravámenes del piso. Es la información más relevante y que puede ocultar un vendedor de forma malintencionada.
Este tipo de trámite es mejor que lo realice un asesor especializado en el registro de propiedades. Además, va a ser un documento necesario para el resto del proceso de compra.
Conocer el valor real de la vivienda
Es lo que se denomina tasar un inmueble o conocer el valor real. Esta información es muy importante de cara a solicitar una hipoteca. De hecho, el banco te va a conceder un 80% del total del valor de tasación y no del precio que el vendedor pone a la vivienda.
Esto significa que si la tasación dice que el inmueble vale 80.000 euros pero se vende a 100.000, obtendrás de hipoteca el 80% de 80.000. El resto lo tendrás que abonar tú. De ahí conocer el valor catastral para organizarse y calcular los gastos.
Conseguir información sobre el vecindario y el entorno
Es común que cuando aparecen chollos en venta de viviendas y, aunque la nota simple y el valor catastral estén correctos, el problema resida, o en la finca del inmueble o en el entorno donde está ubicado.
Algunos datos que pueden ser de interés son los siguientes:
- Si el barrio es problemático.
- Si hay problemas en el vecindario: pisos ocupados, vecinos conflictivos, etc.
- Aunque la propiedad no tenga cargas, sí las puede tener la finca y eso derivarse en algún momento al comprador del piso.
- Conocer la situación urbanística de la zona. Se dan casos de viviendas que están en zonas a expropiar.
¿Cómo conseguir esta información? Se puede utilizar Internet para conocer la opinión de otros vecinos de los alrededores o del propio edificio. También se pueden mirar las opiniones de los usuarios de un bar cercano. Estos pueden arrojar luz sobre cómo es la vida en el barrio.
Por supuesto, la información más veraz se conseguirá personándose en el edificio y preguntar al portero o a los propios vecinos.
Ir acompañado de un asesor a la visita de la vivienda
Puede tener un coste, pero suele ser una buena inversión. Es decir, a la hora de visitar la vivienda se puede ir acompañado de un arquitecto o experto en vivienda para detectar posibles daños estructurales dentro y fuera la vivienda: tema de cañerías, eficiencia energética y otros aspectos que pueden hacer que tras la compra sean necesarias obras.
Investigar sobre la persona o inmobiliaria que gestiona la venta
El último consejo para asegurarse al máximo de nos ser engañado en la compra de una vivienda es conocer quién la vende. Por ejemplo, e-registradores posee el servicio de información sobre personas o empresas que poseen inmuebles. Como ocurre con la nota simple, en ese listado de propiedades aparece información relevante sobre cada inmueble, lo que puede dar una idea de qué tipo de vendedor es y su reputación.
Para conseguir esa información sólo es necesario conocer el nombre de la persona o empresa, y su NIF o CIF.
Hasta aquí algunos de lo procedimientos necesarios para asegurarse lo máximo posible de no ser engañado o llevarse sorpresas a la hora de adquirir una vivienda.